ROWEN, GUARDIÁN DEL PENSAMIENTO

Él es la llama que quema la ignorancia. Él es el fuego que ilumina el camino. Él es el vigilante de Oniria y de todo el Reino Intangible. Él es Rowen, Guardián del Pensamiento.

Sus ojos se encuentran en blanco, sin pupilas que fijen su vista en ningún lado, porque Rowen es ciego. Pero ve, porque ve con los ojos del alma. Su mirada no se distrae en las banalidades efímeras del mundo terrenal, sino que contempla constantemente el vasto mundo de las ideas, espontáneo y eternamente cambiante, donde se esconde todo lo que existe y lo que podría llegar a existir. Rowen conoce lo que albergan los corazones y las mentes de todos, porque todas esas cosas existen en el plano intangible que nadie puede borrar.

<<Este dragón se asentaba en la tapa de un anotador que yo había confeccionado de manera artesanal, en el cual periódicamente anotaba todo lo que no quería olvidar. Cada idea, cada tarea pendiente, cada dato de cierta relevancia iba a parar allí, bajo la incesante vigilancia de Rowen.

Para mí Rowen simboliza la introspección, nuestra verdadera esencia, lo que nos hace ser nosotros y no ser otra persona, que es lo que tenemos dentro nuestro, de nuestras cabezas y nuestros corazones. Y me invita a olvidarme de los problemas y complicaciones del mundo material, porque en la inmensidad del cosmos son en realidad insignificantes. Y es en esos momentos, cuando le hago caso a Rowen, en que me siento auténticamente pleno y en paz.>>

-Martín Talone.

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Tinta y café sobre papel.